Ya que San Juan dedicó toda su vida a bautizar y purificar a quien se lo pedía en el río Jordán, la noche de su nacimiento (23 de junio) se considera una noche mágica, se tiene la creencia de que el agua tiene poderes curativos, bañarse en el mar, en un río, una piscina… esa noche el agua tendrá propiedades milagrosas sea de donde sea.
En Lanjarón, conocido por su agua, esa noche se beben miles de litros de agua para refrescarse y además purificarse por dentro.